12/12/2022
La participación de la ciudadanía en los asuntos públicos (un proyecto de ley un plan de infraestructuras, un proyecto energético, etc.) vive momentos que podríamos calificar de auténtica revolución, pues nunca hasta ahora hemos asistido a cambios tecnológicos y sociales de tal magnitud – internet, redes sociales, criptomonedas, nuevas fuentes de energías, etc- en tan corto espacio de tiempo y con un impacto tan determinante en la vida de las personas. Estos cambios constituyen un desafío para la convivencia, pues han de tomarse decisiones muy complejas, en ocasiones enfrentando intereses legítimos de distintos colectivos y sin que los cauces tradicionales de información y participación de los ciudadanos en los asuntos públicos (el principal y más importante, su derecho al voto) satisfaga la demanda social de una información rigurosa y un debate sosegado. Esto da lugar a la proliferación de noticias falsas, al incremento de populismos y, en definitiva, a la desconfianza generalizada de los ciudadanos en sus representantes. Es un fenómeno que se extiende por todas las sociedades occidentales.
La Unión Europea, consciente de la necesidad de que los ciudadanos se acerquen a sus instituciones y evitar así el sentimiento que tienen muchos ciudadanos europeos respecto a las decisiones que se toman por sus representantes, a los que consideran alejados de la realidad, puso en marcha en el año 2021 la llamada Conferencia sobre el Futuro de Europa, una iniciativa conjunta del Parlamento, el Consejo y la Comisión Europea, consistente en una serie de debates y diálogos protagonizados por los ciudadanos, en los que personas de toda Europa han podido compartir sus ideas y ayudar a configurar nuestro futuro común. El elemento central de esta iniciativa han sido los llamados Paneles de Ciudadanos, compuestos por ciudadanos aleatoriamente elegidos, representativos de la diversidad sociológica y geográfica de la Unión que participaron conjuntamente en un proceso deliberativo para configurar el futuro del proyecto europeo. En la primavera de 2022 esta Conferencia concluyó sus trabajos, presentando un informe final con 49 propuestas, consistentes en 325 medidas concretas que los ciudadanos han formulado para dar forma a la Europa que desean. Ahora, en el proceso de seguimiento que se ha abierto, son las Instituciones Europeas las que han de dar cumplimiento a esas propuestas, cada una dentro su ámbito de competencias y de acuerdo con los Tratados.
La propia Presidenta de la Comisión Europea manifestó en el Debate sobre el Futuro de la Unión celebrado el pasado mes de Septiembre, la necesidad de que la Unión esté al lado de los ciudadanos en estos tiempos inciertos. Por esto, dijo, la Conferencia sobre el futuro de Europa fue tan importe. Fue un atisbo de un tipo diferente de participación ciudadana, que va mucho más allá de la jornada electoral. Por ello, anunció que los Paneles Ciudadanos serán a partir de ahora un elemento esencial de nuestra vida democrática.
En definitiva, asistimos a un nuevo tiempo para la participación ciudadana, que ha de considerarse una herramienta enriquecedora de la democracia, no una sustitución de los representantes democráticamente elegidos.