20/01/2023
Pacto verde, despliegue masivo de energías renovables, necesidad urgente de materias primas en Europa…todos estamos de acuerdo que necesitamos cambiar nuestra forma de consumir y de producir, que debemos ser independientes energéticamente y en el suministro de minerales o materias primas. Pero ¿esto cómo se consigue? Porque, a la hora de la verdad, a casi nadie le gusta escuchar que van a instalar una mina al lado de su pueblo o que los paisajes de su infancia se van a inundar de placas solares o molinos de viento. Pero, sobre todo, lo que no le gusta es que se le ignore en la toma de decisiones o, peor aún, que esta toma de decisiones se lleve a cabo de forma apresurada (ojo, que se pueden tomar decisiones urgentes y no apresuradas), sin una estrategia previa clara, basada en criterios técnicos/científicos y, sobre todo, sin contemplar una compensación justa para el territorio que soporta la instalación de las necesarias infraestructuras y comparte sus recursos. En definitiva, sin contemplar la tantas veces repetida Transición Justa.
El Pacto Verde Europeo representa el compromiso de la Unión Europea para hacer frente a los desafíos del clima y del medio ambiente. Se trata de una nueva estrategia de crecimiento destinada a transformar la UE en una sociedad equitativa y próspera, con una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva, en la que no habrá emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 y el crecimiento económico estará disociado del uso de los recursos.
El Pacto Verde aspira también a proteger, mantener y mejorar el capital natural de la UE, así como a proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos frente a los riesgos y efectos medioambientales. Al mismo tiempo, esta transición ha de ser justa e integradora. Debe dar prioridad a la dimensión humana y prestar atención a las regiones, los sectores y los trabajadores expuestos a los mayores desafíos. Teniendo en cuenta que aportará cambios significativos, la participación activa del público y su confianza en esta transición son esenciales para que las políticas funcionen y sean aceptadas. Resulta necesario un nuevo pacto para asociar a los ciudadanos en toda su diversidad con las autoridades nacionales, regionales y locales, la sociedad civil y los sectores económicos, en estrecha colaboración con las instituciones de la UE y sus órganos consultivos.
Este compromiso, presentado en el año 2019, se ha mantenido a pesar de las circunstancias que atravesamos desde entonces: Covid-19, invasión de Ucrania, crisis energética y económica. Es cierto que estas circunstancias adversas han provocado la toma de decisiones urgentes para intentar aminorar sus efectos y, por ejemplo, han determinado la urgente necesidad de que Europa se convierta una economía descarbonizada e independiente en términos de energía y de materias primas. Esto no significa abandonar los avances alcanzados en la protección del medio ambiente y, sobre todo, renunciar a esa transición justa e integradora. Es por ello que la participación de los ciudadanos es incluso más necesaria en esta situación de emergencia y puede suponer, de hecho, una oportunidad para valorar el verdadero significado del Pacto Verde, explicando y compensado a los territorios y a las personas que los habitan. Las instituciones europeas y los Estados Miembros están llamados a realizar un ejercicio de impulso e innovación en los cauces de esa participación ciudadana. Este es el momento.
Desde FUNPASOS trabajamos para propiciar ese impulso y para facilitar a los ciudadanos esa participación real en esta transición. Creamos puentes de comunicación y diálogo entre Administraciones, empresas y ciudadanos. Trabajamos como entidad de custodia del territorio. Diseñamos procesos participativos. Creamos valor compartido.