03/01/2023
Para muchas personas, la sostenibilidad es un concepto ambiguo, que últimamente se utiliza tanto para justificar una subida de la luz como para anunciar una marca de bombones. Desgraciadamente, el abuso en la utilización de algunos términos acaba por vaciarlos de su verdadero significado. La sostenibilidad no es más que la utilización racional de nuestros recursos, que nos permita desarrollarnos y vivir cada día mejor, pero sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras. Es decir, cuidar nuestro entorno para que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de él en el futuro. Este cuidado nos proporcionará salud, desarrollo económico y estabilidad social. Esto, que parece tan lógico, necesita del compromiso de toda la sociedad para hacerse realidad. Todos queremos disfrutar de una buena vida, de un aire puro, de un bonito paisaje y de la pervivencia de nuestra historia. Por esto, es importante que las decisiones políticas y las normas que han de regir ese compromiso gocen de la máxima transparencia y de la participación de la sociedad.
El año 2022 pasará a la historia como el año de la invasión de Ucrania y el año en el que los europeos nos dimos de bruces con la necesidad de acelerar una transición energética que ya habíamos iniciado, pero que precisa de decisiones más urgentes y, en ocasiones, difíciles. Difíciles, porque esta necesidad de más energía renovable y más infraestructuras para producirla choca en ocasiones con nuestra visión de lo que es un entorno sostenible.
El año que ahora comienza, ha de hacer frente a múltiples retos en materia de sostenibilidad (energía, materias primas, inversión sostenible, transparencia, créditos de carbono, etc.). Todos estos retos han pasado a convertirse en urgentes, pues la transformación de nuestra sociedad hacia una sociedad climáticamente neutra precisa de materiales, energía, grandes inversiones pero, sobre todo, precisa de nuevos cauces de participación de esta sociedad en los que los ciudadanos podamos conocer los riesgos, los sacrificios, los beneficios y que nos permitan comunicarnos de forma ágil con nuestros representantes. Este año que ahora comienza puede ser, sin duda, el año en que la sociedad conozca el verdadero significado de la participación y el auténtico sentido de la sostenibilidad. Desde FUNPASOS nos comprometemos a trabajar para que ambos conceptos caminen unidos, ofreciendo cauces de participación real a los ciudadanos. Trabajaremos para que las decisiones necesarias para que esta transición hacia una economía descarbonizada genere beneficios en los territorios, para que las decisiones que se adopten en los Parlamentos (ya sean autonómicos, nacional o europeo) vengan precedidas de un debate constructivo con la sociedad, en definitiva, para que la participación pública enriquezca el trabajo de nuestros responsables públicos y aglutine nuestra capacidad como sociedad para salir adelante ante estos desafíos.